UNA EXPERIENCIA COLORIDA
Para la segunda observación, acudí a una institución privada, la misma esta ubicada en Petare, funciona en el horario de 7 am a 6pm.
Cuenta con las dos fases de
La observación la realice en el Maternal “B”, aquí realice el registro: Milarimar, Maria Victoria y Orlay, sus edades oscilan entre los 2 años y los 2 años y medio. Cada niño(a), es muy diferente al otro, con sus propios intereses y necesidades, pero con un punto en común, que a todos les gusta la música, cantan y les encanta bailar. Esta experiencia me permitió comprobar que cada niño(a), es único, que deben respetarse sus procesos evolutivos, que requieren de una atención particular, pero evitando las preferencias, pues lleva a concentrar la atención en un niño(a), y terminamos descuidando a los demás niños y niñas.
Además, pude evidenciar que los niños y niñas, se han adaptado al maternal, puesto que al llegar se despiden de sus padres, madres y representantes, no lloran, luego ubican su lonchera o bolso en el salón que le corresponde, luego juegan en el parque o se sientan en el piso, hasta el momento de formarse uno detrás del otro, para dirigirse al salón y que deben hacer un poco de silencio cuando los niños y niñas de pre-maternal, están durmiendo.
Esta experiencia fue grata, como anécdota puedo contarles la siguiente, cuando la docente salio del salón, los niños y niñas me decían: ¡cama!, ¡chama!, esto me hizo recordar que no me había presentado con el grupo, así que les dije: me llamo Francia, los niños y niñas, se quedaron en silencio y luego me decían: ¡maestra!, fue muy gracioso, porque se reían.
Gracias a la directora y docentes, por permitirme realizar estas observaciones en la institución donde laboran y los niños y niñas, pues sin ellos no tendría sentido esta hermosa profesión.
Francia Marín
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